Muchas veces se nos hace difícil lograr que nuestros hijos se duerman a una hora prudente y este mal hábito, que nosotros mismos hemos creado, no es una de las mejores maneras de fomentar la cultura de paz en la familia.
Desde que nacen, nosotras las mamás estamos expuestas a diversas opiniones y presiones por parte de la familia, acerca de lo mejor para hacerlo con estos pequeños dictadorcillos. Esta situación nos llena de dilemas morales, inseguridades y altera invariablemente las normas de convivencia hogareña, por lo que se hace complicado establecer una rutina desde bebés, para que duerman por las noches y nosotros también.
En un principio es por la libre demanda del pecho materno, después por la creencia social de “que importa si se duerme tarde una vez” y que este “libertinaje cronológico” es parte de los deberes y derechos de los niños.
Un círculo vicioso alimentado por nosotros mismos
Poco a poco y día a día, vamos cediendo ante sus requerimientos e irremediablemente comenzamos a tomar malas decisiones como adultos, dejándolos estar despiertos cada vez más tarde, para así evitarnos los llantos y pataletas a la hora de dormir, pues ¿quién quiere una pelea a esa hora? si lo único que añoramos es dejarnos caer en nuestra cama, estar relajados y que nadie nos moleste.
¡Pero créanme, esto es un gran error! no solo por la gran cantidad de procesos fisiológicos que se producen tanto en el cerebro como en el cuerpo de tu hijo o hija, sino porque como padres también necesitamos saber que ellos a las 8:30 pm van a estar dormidos hasta el día siguiente. No es una leyenda urbana, mis hijos hasta los once años se dormían a esa hora, luego, año con año iba aumentando media hora el permiso para dormirse.
He tenido alumnos que se dormían diariamente alrededor de la 1 am, generando un gran trastorno en casa, pues levantarlos para ir al colegio era una labor titánica, se dormían en el salón de clases y estaban somnolientos gran parte de la mañana. Luego, al llegar a casa, dormían una siesta de tres o cuatro horas, para entrada la tarde hacer sus tareas, perpetuando el círculo vicioso de acostarse tarde.
Creando el círculo virtuoso del buen dormir
Si bien puede sonar irreal para algunos, que los niños se duerman a las 8:30 pm porque nunca lo han experimentado, es una de las mejores cosas que podemos hacer por toda la familia y por su aprendizaje. Y aunque al principio no sea fácil ¡Sí se puede! pero para ello, debemos estar dispuestos a invertir por lo menos un mes en crear una rutina, sin desfallecer en el camino. Puedes encontrar otros consejos para este tiempo de pandemia en un artículo que publiqué en Impacto Positivo.
Aquí les dejo los 6 pasos recomendados para el buen dormir, recuerden que esta rutina debe comenzar por lo menos una hora antes de la que ustedes hayan establecido para ir a la cama:
Paso 1
Primero, papás e hijos a la mesa cenarán algo liviano, evitando que estos beban líquidos azucarados y pasteles de postre ¡El azúcar los acelera!
Paso 2
Antes del baño, ustedes prepararán la habitación de su hijo o hija, poniendo el difusor con aceite esencial Serenity®, de modo que todo su cuarto se inunde con ese aroma relajante y promotor del sueño (mira mi recetario esencial) . Si esto lo hacen con él o ella, mucho mejor
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La mezcla de aceites esenciales Serenity de dōTERRA tiene un aroma calmante y relajante que alivia el alma, proporcionando un refugio seguro de los factores estresantes de la vida diaria.
Paso 3
Luego, aunque no quiera, lo obligarán a darse un baño de tina o ducha tibia. Esto es importante, porque lo ayudará a relajarse y a bajar las revoluciones. Una vez terminado el baño y secado muy bien, inmediatamente deben hacer que se ponga el pijama y se vaya directo a la cama.
Paso 4
Ya acostado, evitarán cualquier posible distracción, dejando los juguetes y aparatos electrónicos apagados y fuera de su alcance ¡incluido nuestro celular!
Paso 5
Aplicarán la mezcla de aceite esencial Calmer® en su nuca, pecho y plantas de los pies para ayudar a que se relaje antes de dormir.
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No solo a la hora de acostarse. Tu hij@ puede llevar Calmer® Oil Restful Blend a donde quiera.
Ahora que ya estamos listos, nos centramos en ellos. Podemos conversar sobre como fue su día, leer cuentos infantiles o contar una historia y hacerles cariño en la cabeza o en algún lugar del cuerpo que les guste.
Paso 6
Cuando ya es la hora indicada (definida por nosotros los adultos y no por los hijos) se apaga la luz y los acompañamos hasta que se duerman.
Consolidar una rutina como la que propongo puede parecer irreal o propio de una superheroína, pero aunque se vea complicada es muy necesario implementarla. Seguramente al principio va a haber resistencia y malas caras, pero verás que poco a poco irá mejorando. Para ello, una actitud determinada e inflexible ante estas nuevas reglas y normas de convivencia por parte de ustedes los papás, con la ayuda de los aceites esenciales, harán que tu hij@ vuelva dormirse a una hora “sana” y en la cantidad necesaria para un descanso reparador, evitando que su aprendizaje se vea afectado, no esté tan irritable o desconcentrado en sus clases y para que se genere esa armonía que tú quieres para tu casa y tu familia.
Atentamente, Maestra Esencial.
