Hasta hace poco tiempo atrás, íbamos con nuestros hijos a la tienda de videojuegos para adquirir el que quisieran. Ahí en la carátula, aparecía un rectángulo en blanco y negro con una letra y quizás un número, eso era la clasificación de videojuegos por edades. Sin embargo, y a pesar de tener la información frente a nuestros ojos, no teníamos claro lo que significaba.
Hoy en día la tarea se ha complicado mucho más, pues las tiendas de videojuego han ido desapareciendo y los compramos online. Es decir, solamente agregamos los números de nuestras tarjetas de crédito y ellos hacen el resto. El juego es descargado a sus consolas o a otro dispositivo electrónico como un teléfono celular o una tablet. No saber para qué edades fue diseñado dicho juego, es lo mismo que comprar un alimento en el supermercado y no conocer sus ingredientes…
La tormenta perfecta
Todo lo que hacemos tiene un efecto en nuestro cerebro, desde lo que comemos hasta la tecnología que utilizamos. Este impacto es mucho mayor en los niños con un cerebro en desarrollo y tratándose de clasificación de videojuegos el tema se pone serio. Carolina Perez Stephens, Máster en Educación de la Harvard University y acérrima anti-pantallas, dice que “Ese cerebro, encerrado con todo el efecto de los videojuegos, va a llegar al colegio y el pobre no va a poder aprender nada. La profesora va a querer enseñarle a un cerebro que no puede aprender ni el 1+1, y mucho menos las tablas de multiplicar del 1 al 12. Esta es la tormenta perfecta”.
La Entertainment Software Rating Board, entidad encargada de la clasificación de los videojuegos, tiene toda la información para saber qué tipo de contenido muestran los juegos.
¿Apto para todo público?
La clasificación de videojuegos parte con una “E” (Everyone/Todos), apto para todo público. Esto, ingenuamente nos puede llevar a pensar que el juego o aplicación es completamente apropiado para un niño de 6 años. Sin embargo, la descripción indica que puede tener una “cantidad mínima de violencia de caricaturas y un uso poco frecuente de lenguaje moderado”. Esta ambigüedad, da pie a que el videojuego contenga situaciones que como padres no pensamos que aparecerían.
Todos + 10
La siguiente es la clasificación para todos, a partir de los 10 años, y a las características anteriores se agrega el concepto “temas mínimamente provocativos”. Nuevamente, no sabemos a que tipo de temas se refiere y a qué tipo de provocación estarán expuestos nuestros hijos.
Clasificación T
La próxima clasificación es la T, a partir de los 13 años, edad mínima para tener cuenta en cualquier red social (pero ese es otro artículo). Aquí, la descripción del contenido dice “puede incluir violencia, temas insinuantes (¿sexuales, racistas, homofóbicos?), humor negro, mínima cantidad de sangre, apuestas simuladas o uso poco frecuente de lenguaje fuerte.”
Maduro +17
De los 13 años saltamos hasta los 17, donde se requiere madurez, el contenido “puede mantener violencia intensa, derramamiento de sangre, contenido sexual o lenguaje fuerte”.
Clasificación para adultos
Finalmente pasamos a la clasificación A, es decir para adultos, “puede incluir escenas prolongadas de violencia intensa, contenido sexual gráfico o apuestas con dinero real”.
Cuidado con la clasificación RP
También podemos encontrarnos con la clasificación RP (Rating ending), que significa que aún no tiene una clasificación, por lo tanto debemos tener mayor cuidado sobre su contenido.
La información es poder y debemos utilizarla para proteger a nuestros hijos
Como podemos darnos cuenta, los contenidos de un videojuego o aplicación, jugado por alguien de menos edad de la recomendada puede llegar a ser perturbadora. Estos pueden incluir escenas de violaciones, uso de drogas, asesinatos de otros seres humanos, etc. destinadas a públicos con una capacidad de discernimiento mayor.
Además, no debemos olvidar los juegos multijugadores, en que interactúan a través de un chat o forman equipos con otros jugadores desconocidos. Estos perfectamente pueden obtener información sensible de nuestras familias.
No pretendo hacer un artículo en contra de la clasificación de los videojuegos, sino llamar la atención de los padres, quienes somos los que compramos los juegos y dispositivos. Quiero que nos informemos sobre el contenido que ellos están consumiendo. Muchos adolescentes juegan estos videos antes de tener la edad debido a que están de moda. Otras razones son “porque todos los están jugando” o “no quiero quedar fuera de las conversaciones o de mi círculo de amigos”. En mi opinión, la más preocupante de todas es la comodidad de los padres, para que así los dejen tranquilos.
Por todo esto, hago un llamado a no sucumbir a las presiones de nuestros hijos. Conversar con ellos acerca de los contenidos de sus juegos y a reflexionar en conjunto, para tratar que su entrada al mundo de los videojuegos sea la más segura.
Atentamente, Maestra-Esencial.
